miércoles, 2 de marzo de 2016

LA GENÉTICA Y EL EJERCICIO

Hace un tiempo escuchamos acerca de la revolución que causó el descubrimiento del genoma humano en el mundo científico. Desde el 2002, año que se descubre el genoma humano, hasta hoy en día siguen y seguirán avanzando las investigaciones sobre cómo conocer más sobre nosotros mismos a través de la información más profunda que tenemos: el ADN.

Hoy se sabe que podemos conocer la predisposición genética a diferentes tipos de cáncer, el riesgo de Alzheimer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otras, gracias al descubrimiento del código genético.





Pero eso no es todo, también se puede utilizar la genética para optimizar el entrenamiento deportivo, conocer si existe una tendencia a lesiones y el impacto que tiene el ejercicio en la salud.

Se trata de un estudio que analiza el ADN de una persona, a través de una simple muestra de saliva, ésta se envía a un laboratorio en los Estados Unidos, en donde se la compara con una base de datos elaborada a partir de una gran población mundial. De esta manera, se determina las predisposiciones que la persona presenta frente a determinadas variables y se elabora el informe, que se recibe 30 días después de la toma de muestra.

Una vez recibido el informe es el turno del equipo profesional conformado por nutricionistas, entrenadores y médicos deportólogos. El estudio le permite al equipo estudiar y planear el entrenamiento y alimentación que optimicen y mejor se adapten al cuerpo y objetivo de cada deportista, sin importar su nivel. Sea un deportista amateur o de alta competencia.
El objetivo del estudio es ayudar a encontrar el atajo para alcanzar el plan de nutrición y ejercicio óptimo para cada persona.

Qué comer y cómo entrenar

Los resultados se dividen en dos partes principales: nutrición y entrenamiento.
La sección de nutrición a su vez se divide en tres partes y en cada una de ellas se analizan diversas variables: el plan nutricional adecuado para cada persona, la respuesta del organismo a la cafeína y los lácteos. Además las necesidades específicas de vitaminas y minerales de cada persona.




El entrenamiento a su vez se divide en tres partes; en cada una de ellas se analizan diversas variables. Por ejemplo, cómo optimizar el entrenamiento, qué tipo de ejercicios son más beneficiosos para el ADN de cada individuo y cómo potenciar las habilidades personales. Así también se estudian la tendencia genética a lesiones, y el impacto del ejercicio en tu salud.


Los profesionales capacitados en genética podrán, en función a este informe, orientar al paciente sobre todos estos puntos y a partir de allí elaborar un plan de alimentación personalizado y junto con los entrenadores físicos elaborar un plan de entrenamiento que mejore el rendimiento deportivo.




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